por Nuria Serrano Vinagre
“No estamos solos”
De acuerdo con las últimas estimaciones, el 90% de las células presentes
en el cuerpo humano no son, precisamente, humanas: bacterias, hongos y otros
microorganismos pueblan nuestro organismo. Sólo el intestino humano contiene de
media 40.000 especies de bacterias y se estima que posee 9 millones de genes únicos
pertenecientes a células bacterianas, que podrían superar en 10 veces al número
de células humanas. Sin embargo, sólo aproximadamente el 1% de la microbiota
humana ha sido caracterizada e identificada. Así, en 2007, el Instituto
Nacional de la Salud
de Estados Unidos (U. S. National
Institutes of Health) lanzó el Proyecto Microbioma Humano (Human Microbiome Project), con el
objetivo principal de financiar investigaciones que nos permitan conocer los
componentes microbianos genéticos y metabólicos en el ser humano, así como
entender cómo contribuyen al funcionamiento normal fisiológico del organismo y su relación con la
predisposición a enfermedades. Porque, como apuntan algunos autores, los seres
humanos deben ser considerados como “superorganismos” cuyo metabolismo
representa un amalgama de atributos microbianos y humanos.
La flora microbiana normal o la microbiota humana nativa
Se entiende por flora microbiana normal aquella que coloniza el cuerpo
humano tras el nacimiento, permaneciendo en el organismo en condiciones
normales de salud a lo largo de su vida. Esta también llamada microbiota nativa,
se basa en interacciones entre humanos y microorganismos que son en su mayoría o bien relaciones
comensales, donde el organismo se beneficia sin causar daño al hospedador; o
bien relaciones simbióticas o mutualistas donde ambos obtienen beneficios.
Estas relaciones, cuyo origen debe ser antiguo en la historia evolutiva,
implican co-evolución, co-adaptación y co-dependencia entre los seres humanos y
su microbiota nativa. Se ha demostrado que sólo 4 filos de los 50
bacterianos dominan en los hábitats
mucosos y cutáneos humanos, sugiriendo la acción de fuertes presiones
selectivas de co-evolución.
Si bien la única fase en la que el ser humano es estéril es la prenatal
dentro del útero, adquiere su microbiota tempranamente tras el nacimiento, en un proceso dinámico influenciado por
factores ambientales (principalmente a través de la madre) y también del azar,
que posteriormente evolucionará según la dieta, otros factores ambientales y en
función de la propia genética del organismo. Así, a pesar de que existan
comunidades microbianas típicas más o menos conservadas a lo largo de todo Homo sapiens (Fig. 1) cada individuo tiene una
composición microbiana nativa prácticamente única. Así, por ejemplo, Fierer et al. (2008) llevaron a cabo un estudio
sobre el microbioma presente en las manos de 51 individuos, observando diferencias en función del sexo, la lateridad en el uso de
las manos y el tiempo transcurrido desde el último lavado de manos. Los datos
más sorprendentes obtenidos por estos investigadores fueron sin embargo que de
las 150 especies bacterianas identificadas que encontraron en las muestras,
sólo 5 especies fueron encontradas en todos los individuos, y únicamente se
observó un máximo del 13% de especies comunes entre dos manos (17 % si pertenecía a la misma la misma persona).
La microbiota nativa se encuentra en múltiples partes del cuerpo (Fig. 1) como la piel
(especialmente en zonas húmedas como las ingles o entre los dedos), el tracto
urinario, el tracto respiratorio (fundamentalmente en la nariz) y el tracto
digestivo (boca y colon, principalmente). En cambio, otras áreas del cuerpo
tales como el cerebro, el sistema circulatorio o los pulmones tratan de
permanecer estériles.
Fig. 1: Microbiota natural en algunas de las principales regiones del cuerpo humano. Pincha en el enlace para acceder al gráfico interactivo desarrollado por Scientific American, con información de cada uno de los microorganismos representados. Fuente: Explore the Human Microbiome (Interactive). Scientific American, 2012. |
A continuación se presenta un repaso de la microbiota nativa humana en
las principales partes del cuerpo donde se encuentran:
- Piel
Se trata de una región
escasamente poblada en comparación con el resto del cuerpo, si bien en
determinadas regiones se encuentra dominada por especies Gram-positivas (Fig. 1) que se han
adaptado a vivir en la superficie de nuestro cuerpo, donde las condiciones de
sequedad y acidez, junto con el hecho de que la única fuente de nutrición sea
células muertas; supone un medio poco atractivo para la mayoría de los
microorganismos. Entre las especies más comunes se
encuentra Propionibacterium acnes,
bacteria anaerobia que vive en los poros y glándulas de la piel, donde los
niveles de oxígeno son bajos. El
desarrollo de la enfermedad inflamatoria que da nombre a la bacteria, se
produce como resultado de una sobreproducción de sebo en las glándulas sebáceas
(posiblemente debido a desajustes hormonales) que permiten a P. acnes proliferar, inflamándose y
colapsándose el poro.
- Tracto urinario
Estéril excepto en la
región de la uretra, donde se concentran un escaso número de especies presentes
en ambos sexos, así como en la zona externa y el perineo (Fig. 1).
- Vagina
Densamente poblada, la
microbiota está dominada por Lactobacillus (Fig. 2) que supone
una barrera natural frente a las infecciones por hongos, posiblemente por la
formación de peróxido de hidrógeno (H202, agua oxigenada) como subproducto de su metabolismo, que
inhibe la proliferación de hongos como Candida.
Fig. 2: Lactobacillus, por sage_anne en Flickr. Algunos derechos reservados (CC). |
- Tracto respiratorio superior
Con una compleja
microbiota, cuya composición depende de la región en concreto (narinas anteriores,
naso-faringe, oro-faringe); entre las bacterias más conocidas en la zona de la
nariz se encuentra Staphylococcus aureus.
S. aureus es un habitante normal de
las mucosas y especialmente las fosas nasales, de tal manera que el 40% de la
población adulta es portadora de dicha bacteria, con mayor prevalencia en
personal hospitalario en contacto con enfermos. Las infecciones por S. aureus se produce tras lesiones que
permiten la penetración del microorganismo hasta los tejidos más profundos.
- Cavidad oral
Muy poblada por
microorganismos, que forman distintos comunidades bacterianas muy complejas
según la región (dientes, lengua, etc.). Entre las más comunes se encuentra Streptococcus mutans, que forma biofilms o biopelículas
en la superficie de los dientes, la llamada “placa bacteriana”. S. mutans consume azúcar produciendo
ácido láctico, que puede erosionar la superficie del diente formando cavidades
y conducir a la caries.
- Tracto gastrointestinal
La densidad de microorganismos
varía según la región, de manera que el estómago es la zona menos poblada
siendo el colon la zona con mayor diversidad y densidad de microorganismos. En
el estómago se encuentra Helicobacter pylori (Fig. 1, 3), capaz de vivir en un ambiente tan ácido debido a que crea su propio
microambiente excavando en la mucosa del estómago hasta una profundidad donde
el pH es neutro, además de ayudarse de su acción ureasa. Es la responsable de
las úlceras gástricas, y posiblemente tenga relación con el cáncer de estómago.
En el colon se concentra la mayor parte de la microbiota humana, formando una
comunidad muy compleja (Fig. 1) y densa (1012-1013
bacterias/ml) con muchas especies aún sin identificar. Entre el 96-99% de las
bacterias presentes son anaerobias y se encargan de la digestión de los
polisacáridos mediante la fermentación.
Fig. 3: Helicobacter pylori, By Hpylori.jpg: * Photo Credit: Janice Carr Content Providers(s): CDC/ Dr. Patricia Fields, Dr. Collette Fitzgerald derivative work: F. Lamiot (Hpylori.jpg) [Public domain], via Wikimedia Commons. |
Si bien los seres humanos compartimos una serie de comunidades de microorganismos "típicas" en nuestra flora microbiana natural, éstas han ido cambiando a lo largo de la historia, especialmente en los últimos tiempos con el cambio de nuestra dieta, estilos de de vida y desarrollo de la medicina, por ejemplo. ¿Cómo afecta estos cambios a nuestra flora microbiana?
En el próximo post sobre "Microorganismos y humanos en un mundo cambiante", trataremos el concepto de "anfibiosis", analizaremos los posibles efectos asociados a la desaparición de la microbiota natural y nos centraremos en el caso de Helicobacter pylori, que nos conducirá a una reflexión final y a "la pregunta del millón": ¿cómo evolucionará la microbiota humana en un mundo cambiante?
... Mientras, te recomendamos el Especial sobre Microbiota Humana de Nature.
Bibliografía. (*) Publicaciones recomendadas
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Introducción: “No estamos solos”
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2.
La flora microbiana normal o la microbiota humana nativa
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