A lo largo de una
evolución de cerca de 3800 millones de años, las bacterias han conquistado la
Tierra. Hoy en día las podemos encontrar en el aire, en el agua, en el suelo,
así como en los recovecos más insospechados de nuestro planeta, como las
chimeneas hidrotermales a gran profundidad o el subsuelo, soportando
condiciones extremas de temperatura y presión.
Chimenea o fumarola hidrotermal, ecosistema |
Pero, ¿cómo viven y se
organizan estos microbios en tales ambientes? Pues resulta que los podemos
encontrar configurados de diferentes maneras. Por un lado, pueden vivir
"sueltos", es decir, flotando en el agua, lo cual se conoce como
plancton. Por otro, pueden vivir en agregados o comunidades donde diferentes especies
habrán de cohabitar. Este último modo de vida es el más común y es generalmente
conocido como una biopelícula, en castellano, o biofilm, en inglés.
|
La creación de un nuevo
biofilm tiene lugar del mismo modo que el de un pueblo o una ciudad. En un
primer momento, unos microbios "pioneros" comienzan a adherirse
generalmente a una superficie, que poco a poco van colonizando cada vez más
microorganismos, descendientes de los pioneros o que simplemente pasaban por
allí. Se generan pilares bacterianos semejantes a edificios, canales de
circulación de agua a modo de concurridas calles y se establece un tráfico de
nutrientes e información.
Una vez que el biofilm o ciudad microbiana tiene cierta cohesión, se generan estructuras de protección que, como si de murallas medievales se tratasen, envuelven el conjunto. Es el caso de las matrices de polisacáridos, fortalezas contra el estrés mecánico de las corrientes y los golpes.
Según va pasando el tiempo, el biofilm envejece y algunas de las bacterias que lo componen pueden "suicidarse" para dejar paso a otras o simplemente morir de senescencia por acumulación de especies reactivas de oxígeno. En caso de un deterioro acusado de la estructura, ésta puede desprenderse y desagregarse, liberando espacio que podrá ser colonizado de nuevo.
Una vez que el biofilm o ciudad microbiana tiene cierta cohesión, se generan estructuras de protección que, como si de murallas medievales se tratasen, envuelven el conjunto. Es el caso de las matrices de polisacáridos, fortalezas contra el estrés mecánico de las corrientes y los golpes.
Según va pasando el tiempo, el biofilm envejece y algunas de las bacterias que lo componen pueden "suicidarse" para dejar paso a otras o simplemente morir de senescencia por acumulación de especies reactivas de oxígeno. En caso de un deterioro acusado de la estructura, ésta puede desprenderse y desagregarse, liberando espacio que podrá ser colonizado de nuevo.
Esquema ilustrativo de la formación de biofilm. Cada etapa del diagrama se
corresponde con micrografía de la formación de un biofilm de Pseudomonas aeuroginosa.1) Colonización de una superficie por parte de microorganismos pioneros. 2) Crecimiento de la colonia. 3) Creación de una cubierta protectora de exopolisacárido. 4) Formación de columnas microbianas y canales de comunicación. 5) Senescencia del biofilm y dispersión de las bacterias para nueva colonización.Vía Wikimedia Commons, Algunos derechos reservados. |
En esencia, las
civilizaciones creadas por el ser humano, tanto sus grandes imperios como
pequeños pueblos se organizan del mismo modo que las bacterias. Está todo
inventado.
Bibliografía:
Greenberg E. P. La ciudad de los microbios: Fortalezas para
el ataque.
Nikolaev YA, Plakunov VK (2006). Biofilm-“City
of microbes” or an Analogue of Multicellular Organisms? Mikrobiologiya, 76(2):149-163.
No hay comentarios:
Publicar un comentario