¿De dónde sale la mayor parte del oxígeno que respiramos? "¡De los
bosques tropicales!", responderán algunos, "¡Del Amazonas!"
responderán otros... Respuestas muy loables por cuanto dichos ecosistemas
poseen gran cantidad de biomasa capaz de realizar la fotosíntesis, esa reacción
química que es capaz de transformar dióxido de carbono y agua en azúcar y
oxígeno gracias a la clorofila -sí, la que da sabor a los chicles- y la luz del
sol.
Ahora bien, en términos absolutos, la mayor proporción de oxígeno
"fresco y natural" que respiramos en la tierra proviene de otro
lugar: el océano. En efecto, en las más someras de todo cuerpo de agua vive una
nutrida población de micro-algas y cianobacterias capaces de llevar a cabo la
misma función que las plantas vuestras madres riegan con afán en la terraza.
Pero,
¿qué son las cianobacterias?
Pues se trata de unos organismos unicelulares
carentes de núcleo (de ahí que sean bacterias) que poseen pigmentos que, además
de participar en la captación de energía lumínica para cebar su metabolismo
fotosintético, les dan unos bonitos colores verde-azulados muy agradables a la
vista (color cian). Además de poder deleitarnos mediante su observación
microscópica por su multiplicidad de formas y colores, tenemos que agradecerles
que surtan nuestra atmósfera de oxígeno (¡cerca de un 70 % proviene de este
tipo de organismos fotosintéticos!). En este contexto, las consideramos buenas,
pero que muy buenas.
Pero, ¿qué pasa si crecen demasiado? Amigo lector, ahí nos metemos en un problema. Muchas veces, sobre todo cerca de los núcleos urbanos, se producen vertidos que contienen exceso de nutrientes y fertilizantes, lo cual constituye un manjar para nuestras amigas las "cianos". Como éstas crecen sobre todo en la superficie del agua, un exceso de ellas formaría una opaca capa que la luz pudiera penetrar a suficiente profundidad en el cuerpo de agua y además consumiría la práctica totalidad del oxígeno allí presente. Dicho fenómeno se conoce como eutrofización. El resultado es similar a la típica charca inmunda en la que, por instinto de supervivencia, habéis evitado bañaros. Ahora, estas cianos serían las feas.
(A) Cultivo de Microcystis aeruginosa y (B) Cultivo de Planktothrix aghardii
(microscopio óptico, x400). Por D. García Weber.
Adivina adivinanza... ¿Son de las "cianos" buenas, feas o malas? Solución al final del post ;)
Pero, ¿qué pasa si crecen demasiado? Amigo lector, ahí nos metemos en un problema. Muchas veces, sobre todo cerca de los núcleos urbanos, se producen vertidos que contienen exceso de nutrientes y fertilizantes, lo cual constituye un manjar para nuestras amigas las "cianos". Como éstas crecen sobre todo en la superficie del agua, un exceso de ellas formaría una opaca capa que la luz pudiera penetrar a suficiente profundidad en el cuerpo de agua y además consumiría la práctica totalidad del oxígeno allí presente. Dicho fenómeno se conoce como eutrofización. El resultado es similar a la típica charca inmunda en la que, por instinto de supervivencia, habéis evitado bañaros. Ahora, estas cianos serían las feas.
Lago eutrofizado. Nótese la capa verde de cianobacterias. Por D. García Weber. |
Pero, ¿pueden llegar a ser malas, malísimas también? ¡Menuda esquizofrenia!
Pues sí, querido lector. Hay unas cuantas que tienen "armas químicas"
que se fabrican ellas solitas: las cianotoxinas. Parece ser que éstas
cumplirían una función en la competencia por la colonización de los ecosistemas
por parte de estos microorganismos, pero a los demás nos fastidia porque pueden
afectar a la piel (por contacto) o al hígado (por ingesta). La microcistina,
por ejemplo, es una de las toxinas mejor estudiadas y se considera una amenaza
para la salud pública.
Como veis, hay que preservar el equilibrio de los ecosistemas para evitar
desajustes que deriven en el crecimiento desaforado de este tipo de
microorganismos, pues en un periquete se pueden pasar de buenas a muy feas y
muy malas.
Bibliografía
Biello D. 2009. The Origin of Oxygen in Earth's Atmosphere. Scientific American. August 19. Consultado el 01/10/2015.
Chorus I & Bartram J. 1999. Toxic Cyanobacteria in Water: A Guide to Their Public Health Consequences, Monitoring and Management, Spon Press, London, UK.
Hall J. 2011. The most Important Organism. Ecology Global Network. September 12. Consultado el 01/10/2015.
Chorus I & Bartram J. 1999. Toxic Cyanobacteria in Water: A Guide to Their Public Health Consequences, Monitoring and Management, Spon Press, London, UK.
Hall J. 2011. The most Important Organism. Ecology Global Network. September 12. Consultado el 01/10/2015.
Paerl HW &
Huisman J. 2008. Blooms like it hot. Science 320, pp. 57-58.
Solución a la adivinanza: Pincha desde este punto con el cursor y arrastra hacia abajo para desvelar el misterio ;)
(A) Microcystis aeruginosa es de las "malas" y (B) Planktothrix aghardii es de las buenas... Aunque tiene "primas hermanas" que no lo son tanto...
Solución a la adivinanza: Pincha desde este punto con el cursor y arrastra hacia abajo para desvelar el misterio ;)
(A) Microcystis aeruginosa es de las "malas" y (B) Planktothrix aghardii es de las buenas... Aunque tiene "primas hermanas" que no lo son tanto...
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